El Stata Center era una de esas cosas que sabía quería ver en el MIT. Tenía muchas razones para eso. La primera, era acercarme personalmente a un edificio de Frank Gehry, la segunda, poder comprobar lo leído en la wired hace unos meses atrás, y por último, pero no menos importante, deambular por el CSAIL, cuya temática es muy afín con mis intereses académicos.
Mi visita a Cambridge fue uno de los puntos altos de la travesía, y creo que el mejor momento de mi estadía en estados unidos. Me bajé en Kendall y caminé un poco hasta ubicarme. Comprendí que no llegaría a la primera visita guiada del MIT de ese día, pensada para los estudiantes que estaban por comenzar el semestre, así que arranqué para Harvard y en el trayecto, tuve la primer visión del edificio. Contuve mis ganas de entrar, o fotografiarlo y continué mi marcha, sabiendo que tendría otra oportunidad, por lo menos durante el tour.
Pero en el recorrido no saqué casi ninguna fotografía, un poco para llevar el ritmo del mismo, otro para no marcar como turista, por alguna razón me interesaba pasar por uno más, o al menos, desapercibido. De todas formas, la guía, que era una estudiante, se dio cuenta al toque de mi condición de outsider.
Así es que luego de haber caminado por todo el MIT, asistí a mi cita privada con el Stata Center, que a su vez tuvo más de un episodio. Como en todos los campus universitarios que conozco, uno puede moverse por los edificios a sus anchas, sin que nadie se pregunte qué está haciendo uno allí, y esta no fue la excepción. Recorrí el laberíntico edificio varias veces, quedándome encerrado un par de veces en lugares de los que debí escapar por las puertas de emergencia, que afortunadamente no estaban alarmizadas.
A pesar de lo extraño de su aspecto y geometría, adentro uno se siente cómodo y nada desorientado, es bastante acogedor. Espero que disfruten las fotos tanto como yo mi visita.