Ultimo día en Munich, ultimo día en Alemania, Ultimo día en Europa.
What is Web 2.0
What is web 2.0, by Tim O’Reilly
Una de los artículos más esperados de la conferencia web2.0 2005
Google menace
La diferencia sustancial de google con otras empresas similares, es que la energía que la mueve, es fundamentalmente la necesidad nerd de plantearse y resolver problemas difíciles. Incluso el problema de «hacer dinero» a partir de la tecnología, tiene un enfoque relativamente innovador, que escapa a las ideas tradicionales de las .com.
Google no solo pateó el trablero con sus algoritmos, sino también con su modelo de negocio, y la forma de pararse frente a wall street, por ejemplo.
Eso proviene de sus fundadores, y proviene de la cultura que lograron crear dentro de la compañía. En mi opinión, si logran mantener esa cultura, ahora que son una empresa pública, y por tanto le deben explicaiónes a sus accionistas además de a sus egos, los pibes estos no van a ser una amenaza para nadie, simplemente porque no les interesa, no porque no puedan serlo.
Comentario en un post de el bizcocho, acerca de google como una potencial amenaza para la privacidad de la gente.
SQL designer
Getting in
Getting in, artículo de Malcom Gladwell en el New Yorker acerca del proceso de admisión a las universidades de la «Ivy League»
Interesante lectura del proceso social detrás de semejante demencia.
Mate holandés
Junto a unos amigos recorríamos Leiden, un pueblito holandés, en uno de los tantos días grises que me acompañaron en ese pais. Era domingo, creo, y estaba todo cerrado.
En una de las calles céntricas, bordeando un canal que por supuesto, la ciudad también tiene, nos pusimos a mirar la vidriera de una tienda de té y cafe.
Diego, Argentino, residente en Amsterdam desde hace más de dos años, no daba crédito a sus ojos cuando reconoció mates y bombillas en el escaparate, y fue el quién encontró la Yerba entre los demás productos exóticos.
Luego, hace poquito, me envió un par de fotos de la versión «supermercado» del producto, sobrecitos de Yerba, para hacer mate cocido, vaya uno a saber cómo le llaman los holandeses a eso.
El mate me acompañó durante mi viaje. Lo tomé en Munich, en la casa de un amigo alemán, fanático del rio de la plata, me lo encontré en elAbra, gracias a axs, me crucé con el en Leiden, como les cuento ahora, y por ultimo, en Boston, ya al final de mi travesía. Mientras esperaba que amainara una lluvia intempestiva tomando un agua negra, que los yanqis llaman café, dentro de una pequeño almacén de la calle Boylston, encontré un paquete de sobrecitos de yerba mate paraguaya, envasada en California.
Alguno dirá (como mi amigo Alemán) ¿y la matera?
Es que a mi me encanta el mate, pero me sería imposible arrastrar una matera por la vida.
Update(06/10/05):
Silvian me envia por mail una foto que tomó en Seattle:
atendete el precio del cuarto quilo de yerba, parece que en Seattle los yuppies toman mate, porque es mas efectivo que el cafe… novatos.
lo mejor fue la cara de la negra que tenia al lado mio mientras le sacaba fotos a la gondola, me miro con cara de «pobre Ecuatoriana, se ve que alla no tienen supermercados»
Mad toy design
Incluye su éxito «Olvídame y pega la vuelta» en versión Reggaetón
¿Ciudad gris?
Hacía mucho calor, tanto que me resulta dificil de describirlo en palabras. Es que así es madrid en verano. La única analogía que se me ocurre, es la del aire que sale del horno, cuando uno quiere ver si lo que se encuentra adentro está listo.
Pero este post no tiene nada que ver con el calor madrileño, sino con el stencil que me encontré frente al MNCARS, el museo de arte contemporáneo Reina Sofía que me aprestaba a visitar, luego de haber comido un bocadillo de calamares, justo al lado de donde tomé la foto con la que estoy ilustrando este razonamiento.
Durante más de dos meses caminé por distintas urbes, entre otras cosas prestándole atención a las distintas formas de arte urbano existente en cada una de ellas. A un mes de haber regresado, todavía me debo, les debo, una recopilación de las fotografías que tomé de lo más representativo, o mejor dicho, de lo que más me llamó la atención. Y a un mes de haber regresado, me acuerdo de ese stencil en atocha, y me acuerdo de entrar al sitio web de esa gente, y me encanta lo que veo.
Y a un mes de haber regresado, y a sabihendas de que no he recorrido mucho esta ciudad todavía, noto que a los stencils del Pepe, y alguna otra pintada preelectoral, se les ha comenzado a sumar un pequeño grupo de nuevos stencil, y hasta algún sticker.
Pero cuando veo avisos de Urbana en formato stencil, me inquieto. Me inquieto porque olfateo que estas formas de expresión sufrirán el mismo efecto que tantas otras, ese proceso de snobización capáz de convertir el más auténtico de los desesperados gritos sociales, en modas para penejos posers con guita.
Yo quiero ver graffitis, stickers, stencils y lo que sea que se invente después, hechos por planchas, por murgueros, por artistas gráficos, por liceales y claro, también, por pendejos posers con guita, porque no es cuestión de discriminar a naides, ellos seguro tienen algo para decirnos en las paredes de la ciudad también.
Este deseo, motivado por la afinidad con el medio de expresión (no me animo a llamarlo arte, porque sería muy restrictivo y poco ajustado a la realidad) y el temor a su banalización, no me impide entender las fuerzas detrás del proceso. Me resulta bastante claro que estas cosas se expanden mediante la copia, y se enriquecen mediante la mutación. Y para copiar o mutar stencils, graffitis y stickers, hay que viajar u, hoy por hoy, vivir colgado de internet, como vos, como yo, como todos los pendejos poser y como los publicistas de la radio que más escucho, fuera de mis MP3.
Pero el entenderlo, no me impide desear que Montevideo se llene de expresiónes originales, que nos digan a nosotros y a quiensea que nos visite, qué es lo que pasa en la ciudad gris.
«Me hago fuerte, en los conflictos»
Pachamama se despidió de nuevo anoche.
Esta vez, porque los rajaron del local de Milenio, supongo que debido a desarreglos económicos con sus dueños.
Los que puedamos seguir cobijandonos del frío del mar en La Pedrera, en la versión estival del, como llamarlo, proyecto(?) pachamama, no lo extrañaremos tanto.
Pero seguramente volverán.