Un poco (no demasiado) más fresco que anteanoche, elaboro un algo más sobre la impresión que me dejó el episodio III, y toda la saga, por extensión natural.

Si no vieron la película, no lean esto. El post no es una crítica a la misma, pero mejor vayan y mírense las Clone Wars, y cuando vayan al cine, háganlo en una sala en donde el sonido sea aceptable (osea, se escuchen los diálogos), y la copia no esté rayada. (Pista, eviten los Hoyts)

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Vamos a entendernos, a mi Darth Vader no me caía bien, el lado oscuro era algo malo, y yo uno de los buenos, aún a pesar del insípido personaje que es Luke. «The phantom menace» no hizo nada para que el pequeño Skywalker me simpatizara, de esa película solo recuerdo la piel de gallina del logo de LucasFilms del comienzo y de la frase de Qui Gon «Obi Wan Kenobi, meet Anakin Skywalker», y el flasback mental a la escena de la muerte del Obi Wan a manos de ese nenito, pero varias decadas más adelante.

The attack of the clones, sin embargo, me mostró un Anakin distinto, mucho más reconocible en sus sentimientos, a pesar de la pésima dirección artística de Lucas, uno ya empieza a ver por donde viene la mano. Darth Vader es producto de una persona con problemas personales, como todo el mundo. La «transformación» que todos esperamos, no va a ser algo mágico, ni una «tentación» diabólica, sino un devenir de la vida de este pibe enamorado y huérfano.
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