18:03:52

Estuvo todo el día gris. No se veía ni un color. Caía una llovizna cada tanto.

Estuve todo el día buscando las palabras adecuadas para poner en el mail. Otra vez en la misma. Cansado de escuchar a mis amigos quejarse y decirme que abandonara. Yo sabía que ya había sido suficiente. Pero la ilusión me cegaba, me nublaba la determinación, y este corazón obstinado parecía tener dominio absoluto sobre mí. 30 años y nunca había sentido así. Tenía que valer la pena.

Me fui a esa hora especial. Con la esperanza de encontrarla y que todo fuera soñado. Ya estábamos pasados de mail. Era bueno poder concretar el encuentro personalmente.

La casualidad generada, esa que tan increíblemente funcionó y me torturó en tantas oportunidades y en tantos distintos lugares durante los últimos meses, volvió a funcionar. El ascensor paró en el 7. Subiendo. Demoró varios segundos, y continuó hasta el 10. Ahí esperaba yo con Rock n’Roll de Led Zeppelin a todo trapo. La puerta se abrió y vi lo que yo ya sabía. Ella parada en el medio y algunas personas más. Dije hola, previo abatatamiento instantáneo. Bajé mirando el piso, marcando el paso con el pie. Sonriendo porque otra vez había funcionado. La conexión es indiscutible.

Abajo marqué la salida y salí. Pero ella se quedó adentro. Esperé. La noté nerviosa. Al fin decidió salir. Yo no oculté que la iba a encarar. Ella ya sabía. Antes que nada dijo algo que no entendí. Pero cortándome, con los ojos me pedía por favor que me fuera. Ahí no sé qué fue primero. Pero intenté mostrar la intención de vernos el fin de semana, cosa que ella sabía perfectamente que iba a hacer. Y repitió ahora más claro. «Me lleva mi jefe». Inmediatamente apareció él y yo terminé de entender la situación. Entonces, sintiéndome de la forma más estúpida de todas las veces que me sentí estúpido a su lado, dije bueno, hablamos después. Y me fui caminando bajo la lluvia.

Ahora veo el mar desde el D1 y mis lágrimas saben a sal. Terminó de oscurecer. Ya no llueve. La rambla se ve mojada. Los botes y el reflejo de las luces del puertito a través de la niebla forman una postal inolvidable. Johnny Cash me canta One en los oídos. Cómo duele.

Sigue esa detestable ilusión peleando por hacerse oír. Tal vez mañana me manda un mail. Disculpándose y pidiendo para verme. Pero esta vez tiene que ser definitivo. Tengo que despertarme. Tengo que quererme un poquito más.

Debates

Los que me conocen saben que discutir es algo que me encanta, yo agrego que también disfruto enormemente el asistir como expectador a una buena discusión. El debate, el intercambio de ideas, especialmente en la discrepancia, me resulta una de las actividades intelectuales más interesantes que la gente inteligente puede realizar.

Por eso, quizás, es que me molesta cuando en el ámbito público, los asuntos que nos incumben a todos son resueltos de forma privada, quitándonos el derecho y placer de apreciar las negociaciones y debates al respecto.
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How Venture Capital Thwarts Innovation

How Venture Capital Thwarts Innovation
La tesis planteada por los autores del artículo es que el aumento en un orden de magnitud del capital de riesgo disponible durante los diez años de su estudio, ha perjudicado la innovación tecnológica en Silicon Valley, en vez fomentarla.
Discrepo con algunos detalles, como el haberse restringido a startups que realizaron IPOs en el período analizado, asumiendo sin decirlo, que esas empresas tienen características idénticas a las que utilizaron otras estrategias de salida para sus inversores.
De todas formas es una buena introducción al capital de riesgo y la forma de pensar típica de la gente que maneja esos fondos, a pesar de estar visto desde la evidentemente subjetiva óptica de VCs que se creen mejor que el resto.
Si queremos que en Uruguay haya innovación de verdad, no basta con «fomentar el espíritu emprendedor«, ni llenarnos de polos tecnológicos e incubadoras. Necesitamos capital de riesgo y tenemos que aprender a vivir con el, con sus defectos y virtudes.
Hasta hace poco, lo más parecido a un fondo de capital de riesgo que teníamos era la CND, una olvidable experiencia. Prospéritas esta intendando cambiar eso, pero ellos deberían ser simplemente los primeros.