Para muchos es una novedad.
La experiencia de los primeros meses de ADSL, o más precisamente de acceso con banda ancha a internet, es impactante. En cuanto conocés al emule, bit torrent, kazaa y similares, caes en la cuenta de que cualquier clase de barrera que existiera hasta ese instante, entre vos y las canciones, videos, películas, libros o juegos que te interesan, acaba de desvanecerse.
Entonces te pasás dos horas poniendo a bajar cosas en el emule, todas las películas que se te ocurren a vos, a tus hermanos y a tus amigos. Los CD que siempre quisiste tener, pero no tenías la guita para comprar.
Y a los pocos días se te llena el disco. No importa, tenés grabadora, para eso están. Entonces bajas a CD todas las películas. Los MP3 no, así los escuchas en casa, mientras navegas en la red, o estudias.
Y así pasan unos meses, y a vos se te empiezan a agotar las ideas. Para cuando terminan de bajar las películas con menos fuentes, esas raras que un amigo vio en cinemateca hace dos años, o cuyo título leíste en aquella entrevista a tu director favorito, bueno, para cuando terminan de bajar esas rarezas, vos ya empezaste a ponerte creativo.
Escuchas un tema de un grupo que no conoces, o alguien te lo recomienda, y ya te bajas la discografía entera, junto a 3 DVDs de sus últimos conciertos, el «Behind the music», el «E! true hollywood story» y todos los videos, espantosamente ripeados de MTV2 (acá jamás los pasaron, y nunca habrá MTV2) .
Al cabo de 6 meses o un año, tenés 20Gb de MP3, OGG, WMA y otros formatos más bizarros, que jamás hubieras creído que existían. Sin embargo, cuando te sentás a navegar en la red, o a estudiar» si te acordás de prender el winamp, ponés el mismo disco de siempre, o en el mejor de los casos, alguna playlist que te gustó, o un megashuffle, que si bien son divertidos, no deja de ser un embole cuando caen los discos esos que bajó tu hermano, y que no te gustan nada.
Y por supuesto, en el hipotético caso de que hayas conseguido subtítulos sincronizados para todas las películas que bajaste, seguro que no viste ni la cuarta parte. El resto duermen en CDs de 5$, en algún cajón, junto a todos los capítulos de tu serie favorita, y de las que te recomendaron.
Aquel sueño de que vos no conocés más de música, cine o literatura porque es caro, o porque «acá no se consigue nada», es una mentira.
Te cae la ficha de que simplemente no tenés tiempo para todo el contenido que está a tu disposición.
¿O si?
La primera reacción es sentirte abrumado. Deprimido por no tener el suficiente tiempo libre como para dedicarte un rato a vos mismo, a explorar tus gustos musicales, etc. Pero los sábados de tarde, en vez de sentarte a mirar tus películas, o escuchar tu música» te pinta más una caminata por la rambla, una siesta en la hamaca paraguaya del fondo, o simplemente» ugh! mirar un cacho de tele» zapping, sin pensar, sin tener que decidir que escuchar, o ver o leer. Porque elegir cansa, y elegir de entre toda la música jamás grabada, cansa mucho más.
Hoy leí en este artículo, que estos pibes, te cobran unos mangos por llenarte los 20Gb del iPod con música underground contemporánea, vos pagás para que otros elijan la música que vas a escuchar. ¿Les suena conocido? Eso se llama «la radio».
Al autor del artículo, eso le hizo reflexionar más o menos por los mismos rumbos que lleva este post que, BTW, quería escribir desde hace tiempo. Sin embargo, este fenómeno que he pintado someramente en los párrafos precedentes, el tipo lo asimila a algo que yo, personalmente, no he experimentado, pero que espero con resignación: lo que él llama el «Digital Photo Effect«, que básicamente es lo mismo que expliqué, pero relativo a las miles de fotos digitales que uno es capaz de tomar, o de forma análoga, ver, compartir con otra gente. Hecha la justa atribución del origen de este artículo (léanlo que está bueno), sigo con mi idea.
Yo, sin embargo, me resisto a pensar que esa ilusión, de que mi analfabetismo cultural se deba a la falta de acceso al contenido, sea completamente falsa. Porque si bien ahora efectivamente tengo acceso a toda la inmensa producción intelectual humana (temas legales aparte), carezco de una guía para recorrerla. Por ejemplo, de nada me sirve tener la discografía de Piazzola, si no tengo ni idea de lo que estoy escuchando.
Por supuesto que el cargar unos cuantos MP3 de Astor en mi Player, y escucharlos repetidas veces de camino al laburo y vuelta, me despierta una apreciación de esa música que no hubiera alcanzado de otra forma. Pero sigo con la sensación de no saber ni la mitad de la historia. Hay muchos caminos que precisan ser recorridos con alguien que nos vaya contando que es lo que estamos viendo, para que se conviertan en un paseo y no en una simple caminata.
Hay gente, como estos yanquis, que se han dado cuenta de eso. Pero no debemos ir tan lejos para encontrar más ejemplos. Hace meses que no escucho Urbana, pero cuando lo hacía, lo que más apreciaba de la radio, era la metadata de la música. Toda esa información acerca de lo que estabas por escuchar, que por regla general, yo desconocía.
Urbana se adelantó a este «síndrome del ahogo mediático». Esa pequeña cantidad de información adicional, era indispensable para ellos, que en esa época no pasaban «hits» (donde la metadata es obvia, pero no falta, sólo que la radio no es la que te la entrega), de otra forma, no tendrían oyentes. Para mi, esa info, era una especie de trillo, que yo iba siguiendo, para concer a «The Steets«, o a «Suba«.
Resulta casi inútil decir que este modelo podría seguirlo cualquier radio, temática o no, siempre que le interese mostrar alguna cosa más allá de lo que la gente ya conoce (cosa inusual en una ciudad llena de radios de oldies). Desde hace años, en muchas partes, uno puede mandar un sms a la radio para saber que es lo que esta escuchando en ese momento. Y en las radios por internet, la metadata es en muchos casos el modelo de negocio, con el infaltable link a la tienda de música asociada. Podría llenar una página con ideas para explotar esto valiéndonos de la tecnología actual y por venir.
Pero la metadata puede venir de un amigo, también.
Si aquel que te pidió que le bajes los 14 discos de su banda favorita, y que vos no conocés más que de nombre, se sienta un rato contigo a escuchar su música, y contarte sus historias (las de la banda, y las de el), ya tenés la mejor guía de todas.
Pero claro, ahora la música dejó de ser lo central, porque vos no estás usando tu tiempo libre, sino para charlar con un amigo.
No tengo adsl pero ya sufrí las primeras etapas de la crisis que describís, es muy fácil perderse cuando nadas en info. Sobre el tema de la metadata de la música me parece que te estás perdiendo de algo si valorás la musica por la metadata, si bien te reconozco que es un valor agregado, la música es para escuchar (los oidos son para sangrar como decía aquel spot de headbanger).
Creo que diste en el clavo con el tema de los amigos, no hay medio que supere una buena charla con amigos, café de por medio por supuesto.
Mirá, yo ando con ganas de escribir un post muy relacionado con lo que te preocupa; no lo pensé tal cual, pero el tema de mi post iba a ser mi reacción personal a la catarata de información. Todo se activó hace un tiempo, cuando un commentatore se burlaba de mi atención excesiva a lo que pasa en la TV abierta. Y hace un par de semanas me llegó una encuesta musical en que me preguntaban por el tema del año, el disco del año, la decepción del año… y me dí cuenta que yo no vivo así, a pesar de que tengo amigos que me mandan cds llenos cada tanto, y que, aunque no puedo bajar archivos, tengo acceso a información al día desde la red. Me cuelgo con algunas noticias, pero la ansiedad novedosa la tengo un poco dominada. Ahora pienso: si es bueno, ya me va a llegar. Mi disco del año, tuve que pensarlo para la encuesta, es un en vivo de Alex Chilton del ’96.
axs, lo de la metadata viene por el lado de evitar el despiste, no es que aprecie la música por la metadata, sino que gracias a que me tiren un pique sobre lo estoy escuchando, mi capacidad de apreciarlo crece un montón. Yo que se, hay belleza que es obvia, y otra que no. También está el tema de la evangelización que hemos hablado alguna vez, y que seguramente aparecerá por estos pagos.
sig, por suerte la ansiedad yo también la dominé, y la forma en que lo hice es justamente la que vos planteás: el «asegrurarme» de estar expuesto a las mejores fuentes de contenido (ya sean blogs, revistas,o amigos recomendadores). Ya me pongo a bajar ese disco, así conozco al tal Chilton :P
je, pero por las dudas, si en serio te querés bajar uno, no te bajes ese (igual te aviso, se llama Walk Right Back, es Alex Chilton con Teenage Fanclub como banda), bajate el primer y segundo disco de Big Star, cuando estaba en su mejor momento como compositor, lleno de temazos. Generalmente estan juntos y se llaman #1 Record y Radio City. El que yo mencionaba por la encuesta son casi todos covers, ya cosa de fanático, porque además AC es un gran intérprete, como el otro AC (el Calamar).