Hoy volvíamos del Ikea con un amigo y sonaba un jazz a puro piano en la radio, y no pude evitar pensar que esa música era ideal para una tarde de noviembre en París.
Nunca estuve en París en noviembre, y tampoco escuché jazz en esa ciudad. Entonces recordé cuando hace ya un rato largo, me pasó algo similar con Diana Krall y una tarde de lluvia, y que tuve que sentarme al teclado para explicarle lo que sentía a mis compañeros de trabajo de aquel entonces.
Y en ese momento caí en la cuenta de lo poco que escribo ahora. Que aquel texto fue la primer ficción del blog, y una de las ultimas. Pero me voy por las ramas a la queja de siempre, y no es la idea.
Ahora tengo que volver a leer articulos técnicos, tutoriales, cosas así. Motivos laborales, de supervivencia digamos. Pero entonces, al intentar ponerme al día con Rodia, o descubrir Jahey, o incluso extrañar Motoraway, me asalta esa cosa espesa, entre angustia y excitación de las ganas de saber. No, de saber no, de aprender, de descubrir.
Uno de los temas sobre los que hace tiempo quiero escribir acá es precisamente la arbitrariedad con la que muy a mi pesar, termino clasificando el conocimiento humano, propio y ajeno. ¿Por qué creo que es menos importante un algoritmo de procesamiento de señales para redes tipo mesh, que una discusión sobre, yo que se, si la democracia se basta sola, o si por el contrario la sociedad necesita de una elite de intelectuales para alcanzar estadios mejores? No lo se. Y no se vayan a creer que no me interesan ambas cosas.
La pregunta es ¿Por qué dados dos temas que me interesan de forma relativamente equivalente, uno me parece más serio que el otro? O dando vuelta la pregunta ¿Cuál es mi definición de frivolidad?
Y todo tiene que ver, el dequeísmo, el queísmo, los putos tildes, Humberto Eco, Ikea, Krall, Weimar y Dan Brown y Chris Andersson y Nicolás Jodal.
Qué joder.
cambiá ageno por ajeno y borrá este coment, sil te plais.
abrazo
posdata las tildes son femeninas.
las tildes, que sean bisexuales. hoy, qué es la marcha por la diversidad sexual.
a veces me pasa un poco eso de no entender porque cierto tema me parece más serio que otro. pero pienso que puede tener mucho que ver con todas las cosas que leí y olvidé, con toda la gente que nunca me dí cuenta cúanto influyó en mi, etc. las cosas que pasan por uno y quedan aunque uno no lo entienda realmente (no se si me expliqué).
jazz y parís deberá ser una perfecta combinación. ikea, la casa en la que querría comprar un soporta cepillo de dientes algún dia.
raro post éste en el que se juntaron varias cosas que siempre me llamaron un poco la atención.
Jazz en París. Evitando el tópico, conviene meterse en una cuevita que hay por la rue Galande. Buen ambiente. Tragos baratos. Fauna diversa. Charla posible. Si toca sábado y es de tardecita, darse una vuelta por el Pont St. Louis, el que une las dos islas. Con un poco de suerte, habrá un grupo que tiene una versión de Georgia on my mind que vale sobradamente la pena fumarse la grisaille que arranca en noviembre.
Evitar a pecho henchido la zona de la Bastille. Plástico y serpentinas. Turistas. Cámaras de fotos. Cartón.
Ahora bien, Jazz y piano remite necesariamente a otra cosa. Dejando de lado a Monk: Keith Jarrett. The Köln concert. Primer movimiento. Adelantar hasta los 7:13. Procurar la compañía de una chica. Si no se logra, tirar a la mierda a Jarrett, patear al quinto carajo el material antilúdico por excelencia (manuales, artículos técnicos, etc.), embocar de un golpe Drown in my own tears, de Charles, recordar las consideraciones de Susan Sontag con respecto a los diarios íntimos, recordar las pausas en las que caía Onetti y preguntarse qué increíble fenómeno sigue sosteniendo hoy día la democracia representativa.
Arriba los pobres del mundo! en pie los esclavos sin pan!
No sé qué es más serio. Pero, si es por lo que espero leer, seguí con la idea de situar un cuento en una idea y las redes tipo mesh la dejamos para más adelante, que no se van a ir, y la idea andá a saber.
gracias por las valiosas recomendaciones.
liberar a lxs compañerxs tildes ya! :)
a diferencia de la g piantada(aje jero y jería van con jota, la única regla del castellano que recuedo) , lo de las tildes fue una elección estética.
te explicaste, ele.
Hay errores ortográficos y/o gramaticales que queman los ojos pero otros que si bien uno sabe que está cometiendo, por comodidad lo sigue haciendo, aunque tampoco están validadas por la RAE (como no poner los signos de interrogación o de exclamación al principio de la oración, o como usar palabras en otro idioma, o «castellanizadas» a prepo que por ejemplo a mí me encanta).
La palabra ladilla también es de género femenino pero en esto momento se me ocurre aplicarla a una persona del secxo masculino :)
(aunque si es por ladilla reconozco que yo soy una de las peores)
uy! el teclado me castigó por ser tan mala escribió secxo en vez de sexo.
Mis disculpas del caso :)
No te calentés, Vero.
Yo prefiero que me corrijan, aún en público, antes que pasar por alto un herror hespantoso.
El español hay que cuidarlo también. :)